Elena de Lara es una joven tricantina de 22 años, ha estudiado Interpretación en el Instituto de Cine de Madrid y ha participado en numerosos cortometrajes. El pasado mes de agosto, estreno la obra ‘Lo veo por todas partes’ en el Teatro Lara de Madrid tras un año de funciones. La obra aborda la violencia de género con cuatro historias reales, cuatro intentos de mostrar una realidad que para la mayoría está oculta.
Para muchos jóvenes es muy complicado compaginar sus vocaciones con su futuro profesional, ¿tú tuviste claro desde el principio hacia dónde te querías dirigir?
La verdad es que sabía que quería hacerlo, pero fue cuando empecé a estudiar interpretación cuando supe que quería dedicarme a ello.
¿Cómo
te sentiste al enfrentarte por primera vez al público?
Nerviosa, eufórica. Tenía muchas ganas.
¿Tras
haberte formado durante 3 años en el Instituto del Cine de Madrid, crees que la
Interpretación está minusvalorada?
Sí, ha habido quien se ha referido a mí despectivamente como “una bohemia de esas”. Creo que hay mucha desinformación.
Según
cifras recogidas en el estudio del Laboratorio para el Estudio de la
Perspectiva de Género en el Teatro “la proporción de mujeres artistas es
de un 25-35% frente a la de los varones, que oscila entre un 65- 80%”. Sin
embargo, ¿crees que la mujer se está empoderando poco a poco en el ámbito
teatral?
Se está intentando, pero hay que seguir trabajando ello mediante la visibilización
de nuestras obras y la inclusión en los equipos artísticos. En nuestro
equipo somos todas mujeres, por ejemplo.
¿Qué
ha significado para ti formar parte del elenco de “Lo veo en todas
partes”?
Para mí significa crecer, como
actriz y como persona. He aprendido mucho de mis compañeras.
¿Te
ha llegado a afectar personalmente encarnar un papel basado en una historia
real como la de Eva?
Me ha afectado y me sigue afectando, porque al fin y al cabo es una
historia real. Pero a cualquier espectador que venga a ver “Lo veo por todas
partes” también le afectará porque es como ‘abrir los ojos’ ante una realidad
con la que convivimos pero no somos conscientes.
¿Cómo
te sientes al darle voz a miles mujeres que han pasado por situaciones
similares a las que tú plasmas en la obra?
Muy responsable. Es muy necesario porque ocurre cada semana, este año está siendo especialmente horrible. Esto tiene que parar y empieza por prevenir, como dice mi directora. Tendemos a curar, y debemos aprender toda la sociedad a verlo venir para que no suceda y para condenarlo.
¿Os habéis enfrentado a muchas trabas a la hora de tratar un tema tan tabú como el maltrato?
Más que trabas, no sabíamos cómo nos iban a acoger, si la obra iba a gustar o no… Yo creo que la gente se está dando cuenta de que es necesario hablar de ello, pero son cuatro historias reales…
¿Crees
que este tipo de teatro relacionado con el compromiso social ayuda a
concienciar a la sociedad de la situación actual de la mujer?
Por supuesto. Sólo con leer algunos
comentarios que nos dejan en las redes sabemos que algo bueno estamos haciendo.
De hecho vamos a institutos, en octubre vamos a compartir cartel con Paloma
Palenciano en un programa de equidad del Gobierno de Aragón donde iremos a las
tres provincias para que los adolescentes lo vean. Siempre ofrecemos esta obra
a partir de los 12 años porque ya empiezan a tener relaciones muy pronto y
quizá no sepan cómo funcionan, nosotras les mostramos lo que no pueden
permitir.
Tras
arrasar en la Sala Mayko, ¿crees que actuar en el teatro Lara va a marcar un
antes y un después en tu carrera profesional?
Pues sí, es un paso que tenía ganas de dar. Además, de forma personal, me alegra saber que el mensaje podrá llegar a mucha más gente, mientras que en lo profesional, puede abrirnos puertas a nuevos proyectos