En realidad lo tenemos entre nosotros. Correteando. Pidiendo chuches o una tablet antes de tiempo. Haciendo que se nos caiga la baba gateando o que nos enfademos porque nos han desobedecido, como hicimos nosotros una vez, cuando éramos el futuro.
No hay nada en lo que podamos hacer mejor inversión que en nuestros hijos. En asegurar que estarán bien preparados para afrontar los retos de la vida. En dotarles de conocimientos y de valores. En hacerles personas fuertes pero sensibles. Cultas y preparadas. Respetuosas y solidarias.
Y esa inversión hay que hacerla cuanto antes. Por eso hay que invertir en educación.
En Tres Cantos disfrutamos de una calidad de vida muy elevada y somos un espejo en el que se miran muchos municipios madrileños y españoles. La economía, la seguridad, el empleo, las zonas verdes… tenemos mucho de lo que sentirnos orgullosos. Y otras cosas de las que, además, nos gusta presumir, como la solidaridad de los vecinos o la inclusión. Hace años que también nos hemos propuesto ser una ciudad referente en educación. Y lo estamos consiguiendo.
En el verano de 2021 iniciamos un camino sin retorno hacia la excelencia en nuestros centros educativos públicos. En realidad, siempre aprovechamos el descanso estival para mejorar los centros, solucionar problemas y hacer obras necesarias. Pero la reforma integral del Carmen Hernández Guarch marcó el inicio de un nuevo modelo educativo en el que las aulas, más allá de ser meros espacios, se convierten en herramientas para la enseñanza. Unas aulas abiertas y flexibles que se adaptan a las necesidades de los alumnos y los docentes, pudiendo unirse entre ellas. Con equipamiento tecnológico de última generación, con materiales seguros, confortables y ecológicos. Aulas luminosas donde lo natural, además de la luz, es que los niños y sus profesores, sean felices aprendiendo y enseñando.
En 2022 extendimos ese modelo de aulas del futuro al Miguel de Cervantes y al Gabriel García Márquez. Y en este inicio de curso 2023-24, acaban de estrenarlas también en el Tierno Galván y en el Ciudad de Columbia.
Por supuesto, además de estas grandes reformas y al mismo tiempo, hemos continuado con las intervenciones necesarias en el resto de los colegios públicos tricantinos. Siempre, después de reunirnos y escuchar de los propios equipos directivos de los centros cuáles eran sus necesidades y demandas. Fontanería, pintura, juegos de suelo, baños, bibliotecas, aulas de informática, cubiertas de zonas deportivas, etc.
Y por supuesto, este año, -como en los anteriores y en los próximos- también seguimos apoyando con ayudas y subvenciones a las familias y a los colegios.
Todo es inversión. Y todo ello era necesario. 6 millones en los últimos tres años.
No. No hay dinero mejor invertido. Pueden confirmarlo esperando a que el futuro crezca y se lo cuente. O pueden acercarse hoy a cualquiera de esas aulas y verlo en sus caritas.